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En ningún otro momento de la vida el cuerpo de la mujer experimenta tantos cambios como en el período del embarazo. La naturaleza ha preparado el organismo para estos cambios, el osteópata, simplemente ayuda a que estos tengan lugar de la forma más correcta posible.

Estos cambios suceden sobre todo a nivel mecánico (músculo-esquelético), con las consecuencias que esto puede tener sobre el sistema digestivo, urogenital o problemas añadidos como la ciática, hemorroides, acidez digestiva, etc.

Se suele tratar a partir de los tres meses y los tiempos de tratamiento varían según el motivo de la consulta. De la misma manera justo antes y después del embarazo el trabajo del osteópata resulta muy eficaz para evitar inconvenientes posteriores o malas recuperaciones post parto.

Siempre es un trabajo de terapia manual en el que la mujer, prácticamente, no participa. Las técnicas son siempre poco invasivas, es decir, muy poco agresivas y en las que se trabaja, especialmente, los tejidos para evitar cualquier tipo de riesgo tanto para la madre como para el feto.

La Osteopatía puede ayudar a que se produzcan esos cambios de manera libre y natural.

Todas las embarazadas pueden recibir tratamiento osteopático de manera preventivo. Las patologías más comunes de tratamiento son:

  • Ciáticas.

  • Cualquier dolor de columna.

  • Molestias e hinchazón en los miembros.

  • Síndrome del túnel carpiano.

  • Reflujo gastroesofágico.

  • Acidez de estómago

  • Estreñimiento.

  • Molestias respiratorias.

  • Para acelerar el período del expulsivo.

  • Puede prevenir la aparición de la depresión post-parto.

  • Ayuda a que el post-parto sea más placentero para la madre.

Además está comprobado que el tratamiento osteopático reduce el período de dilatación y posterior parto hasta la mitad (de la media de 16 horas en una primípara hasta 8 horas. Interesante, ¿verdad?), así como disminuir el posible sufrimiento del bebé.

El tratamiento es totalmente seguro. No hay recogido en la literatura científica ningún caso de pérdida por tratamiento osteopático. El único cuidado que debe tener el Osteópata será el de realizar al principio un correcto diagnóstico para excluir del tratamiento a las pacientes en cuyo caso este contraindicado el mismo (ej.: preclampsia), y evitar en el primer trimestre de gestación aquellas semanas en las que es conocido un mayor porcentaje de pérdidas espontáneas.

Por lo demás será un tratamiento totalmente seguro, placentero y hará que el embarazo y el parto se conviertan en una experiencia única.