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El esguince de tobillo es una de las lesiones que se dan con mayor asiduidad. Se trata de una lesión ligada al mundo del ejercicio físico, pero que sin embargo también ocurre frecuentemente en las actividades del día a día. Un mal apoyo al caminar o un mal apoyo ante una caída pueden desembocar en este tipo de lesión. Los esguinces se dan de manera fortuita y debido a un estiramiento por encima del límite de elasticidad del ligamento.
Se define como daño estructural parcial en las fibras que conforman un ligamento sin llegar al punto de ruptura del mismo. Los ligamentos son estructuras formadas por una especie de cordones fibrosos. Se ubican en todas las articulaciones del cuerpo, dándoles estabilidad y, uniendo los huesos entre sí. Los ligamentos que se encuentran en el tobillo se encargan de estabilizar la articulación, y los más importantes son los ligamentos laterales externos.
Los síntomas más comunes y reconocibles de un esguince de tobillo son:
Dolor intenso en la articulación que deriva en la imposibilidad de mover la articulación afectada.
Inflamación de la zona afectada.
Aparición de hematomas.
Calor local. Incremento de la temperatura en la zona, derivado de la inflamación.
Alteración de la sensibilidad en la zona afectada.
Cuando sufrimos un esguince, podemos clasificarlo en función de su gravedad:
Esguince grado I. Leve o moderado.
Son provocados por un sobre-estiramiento del ligamento que produce una leve hinchazón y que se soluciona con tratamiento fisioterapéutico. El tiempo de recuperación es corto. En un esguince leve la persona puede sentir gran dolor e incapacidad funcional, no podrá caminar ni apoyar el pie y se puede continuar andando a pesar de las molestias y los dolores e inflamación.
Esguince grado II. Moderado grave.
Se trata de una distensión ligamentosa con rotura parcial en la cual no se requiere la inmovilización del miembro. Sus efectos se perciben de forma inmediata, apareciendo una hinchazón instantánea de la zona afectada. Su tratamiento es fisioterapéutico – osteopático. En caso de sufrir este tipo de lesión se puede continuar caminando pero con gran dificultad y dolor.
Esguince grado III. Grave.
Se produce por rotura de ligamentos. Este tipo de esguince puede requerir de tratamiento quirúrgico, inmovilización del miembro y requerirá de un tratamiento rehabilitador importante. Sus síntomas se traducen en edema y hematoma que resultan evidentes desde el primer momento. El tiempo de recuperación puede ser aproximadamente de unas ocho semanas al tener que cicatrizar el ligamento.
No se podrá caminar debido al dolor e inestabilidad. Suele ser producto de traumatismos de alta energía, como consecuencia de un accidente importante. Suele asociarse a la fractura de la articulación del tobillo.
La velocidad de regeneración de los tejidos está directamente relacionada con el metabolismo aeróbico en el tejido lesionado, así cuanto más se mueve la zona, la regeneración será mayor. La movilización va a favorecer la regeneración del miembro.

Preguntas Frecuentes
- Movilización temprana. Consiste en ir aumentando de manera paulatina el rango de movimiento de la articulación.
- Baños de contraste. Nos ayudará a disminuir la inflamación.
- Realizando un buen masaje para drenar la articulación, aplicando de manera conjunta técnicas para reducir la inflamación, siendo el más utilizado y útil la aplicación de ultrasonidos.
- Ajustando la movilidad de las articulaciones y sus repercusiones en otras. (Rodilla – Pelvis – Cadera – Columna)
- Fortalecimiento de los músculos. El objetivo de esta técnica es potenciar los músculos que circundan la articulación para aumentar la resistencia de la zona afectada evitando que se reproduzca la lesión.
- Siempre recomendamos que acuda a urgencias para que se realice una radiografía para descartar las posibles fracturas por avulsión o estrés asociadas al mecanismo lesional.
- Tras realizar la radiografía y descartar una fisura o fractura asociadas seguiremos los criterios RICE.
- Reposo. Debemos eliminar las posibles cargas sobre la articulación afectada durante un periodo mínimo de 24 horas.
- Ice – Hielo. Aplicación de frío. La aplicación de hielo que es un anti-inflamatorio natural.
- Compresión. Se debe comprimir la zona lesionada con un vendaje elástico. Este vendaje es recomendable que lo realice un profesional. Si no tiene esta posibilidad, lo mejor será una tobillera.
- Elevación. Es conveniente elevar la zona lesionada por encima del nivel del corazón.
- Realizando un calentamiento adecuado lo cual va a proporcionar a las articulaciones la preparación necesaria para evitar percances.
- Propiocepión tobillo. Conjunto de procesos necesarios para preparar la articulación ante los posibles lesiones. (Ejercicios de estabilidad)